Terrible el condicionamiento. Es algo absolutamente desolador. Si te condicionan al punto de que anulan tu esencia, te anulan. Estás en una terrible cárcel, siendo quien no eres. Te privan de todo, de tus iguales, te quedas sin libertad... Hay un cuento Zen en el que se narra cómo un león que fue criado como oveja no pudo reconocer quién era hasta que lo condujeron a un pozo y vio su reflejo en él. Sabemos que a los elefantes, les atan de pequeños una pata para que crean que son indefensos y débiles, y así su domador hace con él en el circo los espectáculos que desea. Lamentable, y tristísimo.
Pueden condicionarnos, pero dentro de nosotros hay una esencia, un poder. Podemos haber sido condicionados o manipulados de una y mil formas. Yo conozco formas que van contra toda ética, he caído en esas trampas. Podría narrar la forma de trabajo, los libros y manuales, o la forma de adoctrinamiento... y justificar con esos libros o manuales. La apariencia, sería el lobo vestido de corderito. Lo podría contar y no me creerían. Y no me importaría, cada cual ha de vivir libremente su vida. Vídeos de cómo trabajan en otras provincias, etc. A fin de cuentas, pruebas. Lo único que no podría justificar o que quedaría en el aire sería si existía o no, el uso de drogas o sustancias alucinógenas, depresivas o de cualquier otro tipo. Pero un condicionamiento se puede vencer. Cuando decides romper en seco y escuchar quien eres. Volver a ser. Volver a recuperase a uno mismo. Y la recompensa es maravillosa, porque accedes a una fuerza personal valiosísima. Tu "vista " se agudiza, atiendes más a tu intuición. Ves con mayor facilidad más allá de la apariencias. Es como quien recorre un camino, yo conozco ese agujero, me es fácil verlo y tomar otro camino, habrá quienes hayan de pasar por eso y caer. A fin de cuentas, todos estamos aprendiendo. Y los condicionamientos, sean del tipo que sean han de ser disueltos por nuestra esencia para que podamos vivir plenamente.
Esta carta nos sugiere que nos miremos en esencia, alguna parte de nosotros está condicionada por nuestro entorno, aunque sea en un nivel sutil. Volvamos a mirar en nuestro interior. Hemos de aceptar ser quienes somos y vivir de acuerdo a nuestra alma. Bailar, reír, .... hacer lo que sea para que despierte nuestro león interior, nuestra esencia. Él nos abrirá paso, es fuerte.
Quien vence algo, como aquel que sale de un laberinto obtiene claves para ayudar a otros. ES como aquel texto en el que se hace manifiesto "nadie enciende una luz y la pone en sitio oculto, sino en el candelero, para que los que entren vean el resplandor" Lucas 11, 33.
Si tú has vencido algo, me puedes enseñar con esa luz; si yo he vencido te puedo enseñar igualmente. Todos vamos encendiendo puntitos de luz brillante que terminarán iluminando un gran conjunto, un gran camino de evolución de quienes somos realmente.
Despertemos a nuestro león.