Una superstición casi desconocida en occidente está relacionada con la imagen de un can. Concretamente, en Japón, es tradición regalar a los recién nacidos una figurita de una raza concreta de perro, el Akita Inu. Al parecer, la figura otorga protección, fuerza y buena suerte al recién llegado.
Sin duda alguna, a los amantes de los animales nos fascinan los perros, y es que quien tiene uno sabe que son fascinantes, leales, inteligentes, animados, agradecidos.... y un sin fin de adjetivos que los elevan muchísimas veces, ante los propios comportamientos que observamos dentro de la sociedad. Quizá, en Japón, se exalten estas cualidades a través de las supersticiones casi ancestrales que se conservan y llegan hasta nuestros días, a través de la tradición oral y de la cultura o, del propio folkrore local.
Una historia realmente emotiva que conocí cuando me narró una de mis tías, corresponde a la historia real de un perro de la raza Akita Inu que está adaptada al cine; un perro al que le construyeron una estatua en Japón. Esta historia, nos hace llegar también, la superstición en torno a esta raza de perro.
La película se llama Hachikō, y la historia es realmente asombrosa.