miércoles, 6 de diciembre de 2017

Conciencia. Tarot Osho Zen

¿Has visto la imagen? ¿Te has tomado unos segundos para ver qué te sugiere a nivel personal este Arcano? Es bastante interesante detenerse un poco en nuestra propia comprensión y silencio, porque a fin de cuentas, es ahí donde están todas las respuestas. Todo lo demás, son formas de volver a conectar con nosotros mismos. A mí, esta bajara me encanta. Conecto bien con ella, en el sentido de que sin conocer su significado, lo conozco; sirva de paradoja, como la propia vida. Así que, me auto-regalaré una esta Navidad porque a medida que la voy descubriendo me va maravillando.
Hoy con un poco de rodeo siguiendo el hilo, esta baraja no es un tarot, llamémosle "ordinario". Por regla general, los mazos de tarot pertenecen a las artes adivinatorias como el I Ching, las runas, la lectura de posos de café, la interpretación de sueños, la ornitomancia (leyendo el vuelo de las aves), la famosa bola de cristal (cristalomancia), ....Así que existen multitud de formas para estas supuestas formas de conocer el futuro. Hay muchas más, porque forman parte, -y han formado parte- de todas las sociedades, desde la más  primitiva que se haya conocido, el vínculo con el acceso al mundo espiritual está presente. Sin embargo, este mazo no se utiliza para la adivinación, sino para un desarrollo espiritual, de conexión con nuestra propia voz y de evolución. Es cierto que se podría leer, pero me quedo personalmente con su uso para la evolución personal, para esa "autoconversación" que todos necesitamos tener antes de emprender algo o tomar una decisión.

CONCIENCIA
La imagen es clara, una figura en actitud "sufriente" o "a la desesperada" que aún se aferra a su papel, pero ya no tiene poder sobre el niño interior, el buda que se hace manifiesto y toma su papel de poder. Estamos en una etapa en la que nuestra conciencia va a elevar su voz, la disolución del ego y de todos sus enseres "orgullo", "separación", "materialismo",....van a ser disueltos.
¿Quién es aquel que todo lo sabe? ¿Quién es aquel que todo lo conoce?  Nuestra propia conciencia. Nuestra única conciencia. Si Dios existe, Dios es la Conciencia.
Podría mentir a todos, pero no puedo mentir a mi Conciencia.
Podría ocultarme de todos, pero no puedo ocultarme de mi Conciencia.
Puedo caer en "oscuridades", "trampas",...pero todo lo conoce la Conciencia.
¿Dónde está la Luz que nos guía a todos? En nuestra ma-ra-vi-llo-sa Conciencia. Es un regalo, no se compra. Nadie está excluido. No se necesita una gran cantidad de dinero para acceder a Él.  Es de todos. El pobre y el rico. Mujer y hombre. En cualquier situación, en cualquier país, en cualquier religión, en cualquier modo. Es la voz que escuchas cuando vas a tu interior. ES la voz siempre presente. No hay Dios fuera de esa voz. No te alejes de una esencia tan maravillosa que te pertenece porque no te guste cómo gestiona el mundo los diferentes órganos religiosos , de los que algunos están creando tanto malestar. Esa Conciencia que nos pertenece a todos por derecho propio, es el único dios que existe. No hay nada fuera de esta esencia.

¿Nos escuchamos?
Esa pequeña vocecita que todo lo sabe.... Si nos sometiesen a un juicio no se requerirían testigos, ella sola se vale.
No necesitamos preguntar a nadie, sólo a nosotros mismos. ¿Qué hice mal? ¿Qué hice bien? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué me haría feliz?
Estas preguntas antes de llevar a cabo una meditación son  fabulosas, de hecho, si las haces antes de llevar a cabo una, aún sin saber, sólo permitiéndote respirar unos diez minutos escuchando sólo lo que hay a tu alrededor, y sintiendo la percepción de tu cuerpo; temperatura, dolor, tensión....con total seguridad te vendrá una idea, un pensamiento, o incluso ...una imagen. No la descartes, esa es tu llave a la felicidad. Nadie más sabe qué información recibiste, porque tu conciencia sólo te pertenece a ti. La diferencia entre "Tú" y "Ella", es que siendo la misma esencia, el mismo ser...su perspectiva de las cosas es mucho mayor a la tuya. Nuestra mente es limitadora, mientras que la Conciencia existiría en Todo. Vínculo de la matriz universal. Unión, puente de macro-cosmos(el todo) y micro-cosmos (tú)
No hay que hacer nada más, esta carta anuncia que este proceso se está dando en ti. Un nuevo canal de conexión, un nuevo puente, un paso evolutivo... Esta carta suele aparecer tras etapas de mucho sufrimiento, pues al final de todo proceso todo lo que nos acontece es para  nuestro propio bien. Buda iluminado antes soportó sus 40 días de ayuno bajo el árbol. Seguramente, si piensas en tu vida puedes extrapolar esta situación. Tus 40 días de ayuno tal vez sea una etapa de semanas, meses o hasta años, en donde se te ha privado de alimento para el alma, que es el más grande ayuno (el amor). Y nadie nos priva, nos privamos nosotros mismos cuando dimos poder a ese velo que ahora se desvanece; cuando dimos poder a la voz de los otros, a nuestro ego, al orgullo, a normas sociales, aprobación familiar....Cuando hemos superado estos "40" días (otro día haré una entrada sobre este número pues es una codificación de la transformación del alma, que aparece en multitud de textos espirituales, torá, en la bíblia, etc...  pues no deja de pertenecer a la cábala judía...y no deja de ser en sí mismo, la concentración del que podría ser  todo un texto sufí, con su enseñanza espiritual,  condensado en un sólo número. Pertenece al hermetismo.
Volviendo a nuestra maravilllosa Conciencia...¿a quién vas a preguntar qué camino tomar? ¿A quién has de escuchar? ¿Quién sabe qué te hace feliz? ¿Quién conoce dónde está tu felicidad? ¿Quién te puede conducir a conseguir ese salto evolutivo? Tu propia voz. Nada está fuera de ti. Conciencia, conciencia...nuestra conciencia. Es la pregunta más fácil de contestar.
Ahora sólo hemos de permitirnos ser, escucharnos, aceptarnos... El velo que haya habido sobre nosotros es ahora disuelto, una nueva forma de ver las cosas se hace presente. El niño buda es aquel que realmente ve y conoce más allá de la apariencia. Él sabe qué naturaleza humana es buena. Él sabe qué nos beneficia y qué no. Él sabe dónde está nuestra felicidad. Él conoce todo y se está haciendo presente. Dejemos que tome su posición, que su voz se haga clara. Permitámosle ser feliz. Escuchémosle. Tiene mucho que decir.



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